Resulta valida como testimonio de lo que tuvieron que padecer miles y miles de refugiados judíos al abandonar una Alemania doblegada y mancillada por el nazismo.
La dificultosa adaptación a un nuevo continente y a una diferente forma de vida, puede resultar insufrible cuando ya se es un adulto marcado por los recuerdos, las añoranzas, y los sentimientos.
Solo los niños o los que parten prácticamente de cero, podrán amoldarse a los extraordinarios encantos que suscitan los pintorescos nativos, los bellos parajes, y los amaneceres eternos.
Narrativamente hablando ya no me resultó tan fluida: tiene muchos impases monótonos que la estancan, la embarran y la paralizan.
Esa irregularidad provoca que los personajes pierdan poco a poco la poca empatía que generan, dejando tras su paso una sosa y desangelada novela.
hace 8 años
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