Este libro, basado en una investigación rigurosa y sin sentimentalismos de los testimonios, pruebas y declaraciones juradas de los implicados, estuvo prohibido durante ocho años en los Estados Unidos. Al tiempo que pone de relieve el compromiso de Matthiessen con la causa de los indios americanos, desenmascara la hipocresía y la grave culpabilidad de la sociedad y el sistema político del hombre blanco en el genocidio del que han sido -y son- objeto los pueblos indígenas.