Leo Graf era tan solo un competente ingeniero de soldadura: se ocupaba de sus asuntos, hacía bien el trabajo y se ajustaba a las especificaciones. Pero todo cambió cuando fue asignado al Habitat Cay y conoció a los cuadrúmanos, seres sin piernas y con cuatro brazos adaptados por la ingeniería genética para el trabajo en ausencia de la gravedad. ¿Quién podría permanecer indiferente ante la explotación y la esclavitud de un millar de jóvenes tratados como objetos por Galac-Tech, la gran corporación espacial?Leo logra de modo relativamente fácil adoptar, un tanto ilegalmente, a un millar de cuadrúmanos. Lo difícil es enseñarles a ser libres.