Sugestiva novela de aventuras en el salvaje Oeste. Karl May fue un prolijo escritor germano, que adquirió bastante popularidad y relevancia entre los conciudadanos de su país. Tremendamente autodidacta, sus obras estaban principalmente focalizadas a un público juvenil poco exigente que se dejaba fácilmente atrapar y seducir. Y es lo que pasa, en cierta manera, con "El tesoro del lago de la Plata"; pues su narración se hace demasiado trepidante, repetitiva y desbordante, para los que ya somos un pelín adultos. Un universo genuino de tramperos, de indios, de justicieros y de estereotipados malhechores, que no dejan apenas resuello ni para coger aire. Correrías encadenadas y atropelladas de las que se debió nutrir el picaresco mundo del "Spaghetti Western" de Barboni o Leone, en sus menospreciados films. En definitiva: Hay que verla bajo el prisma de una época que ya pasó, pero que abrió el horizonte a la imaginación y al divertimento a miles y miles de personas. Una buena pieza de este Verne o Salgari alemán que te retorna, sin querer, a los hermosos años de la infancia: Cuando nos conformábamos con cualquier lectura que cayera en nuestras manos que nos prometiera acción, valor, aventura o audacia.
hace 9 años