Este libro contiene la gran intuición de Pierre Teilhard de Chardin: la visión fundamental de Cristo «todo en todos» del Universo movido e invadido por Dios en la totalidad de su evolución. Sus páginas «querrían enseñar a ver a Dios por todas partes: verlo en lo más secreto, en lo más consistente, en lo más definitivo del Mundo». Desde la atalaya firme constituida por dos mil años de experiencia cristiana, lo que Teilhard propone es una educación de la mirada que, recorriendo las dos mitades de la existencia humana (lo que el hombre hace, sus actividades, y lo que experimenta, sus pasividades), revele un Dios «universalmente tangible y activo, muy próximo y, a la vez, muy lejano».