Durante buena parte de la historia, la lectura resulta plácida y amable a pesar de unos personajes -con la excepción de los dos protagonistas- prototípicos y exagerados y un escenario más propio de la mitad del siglo XX que de los años actuales. Asumes que la novela no tiene tampoco mayores aspiraciones así que te sumerges en una experiencia, digamos, apacible. Hacia la segunda mitad del relato, se empiezan a percibir señales preocupantes en forma de párrafos merengados y situaciones poco trabajadas. Y entonces alcanzas el último tercio de la novela y todo se atropella sin sentido, hasta un final que no por obvio y previsible, resulta menos lamentable. Que estas novelas tengan recorrido es como para darse un tiro en la capacidad lectora...
hace 5 años