Lo compré porque amo a Salinger, pero lo tiré para reciclar porque comprendí que era un error haberlo comprado: ese libro no es sino una venganza que la hija de Salinger escribió en contra de su padre para sacar sus intimidades más recónditas, las que todos los seres humanos necesitamos no publicar de ningún modo. No es interesante ni tiene valor literario alguno. No habla de sus obras. Ni de su vida en cuanto a sus obras. Es un libro fruto del odio. Desde entonces me prometí, que, tal como quiso Salinger, solo compraría los libros que él quiso publicar sin indagar en su vida. Todos tenemos derecho a la intimidad. Rory Sullivan.
hace 10 años