Todas las gamas posibles del horror literario: narraciones tradicionales; de sexo, sangre y vísceras; de terror psicológico; de monstruos puros y duros. Una antología que se las trae, con las recetas necesarias para: Convivir con maniquíes. Deletrear los nombres del diablo. Matar por extenuación sexual. Intimidar a los blasfemos. Tomar a una calavera por testigo. Viajar más allá del suicidio. Librarse de un hijo malcriado. Y saborear muchos otros potajes demoníacos. Con un poema de Ray Bradbury como broche de oro.