La novela se divide en dos partes, en la primera, la narradora, de 33 años, regresa con su hija a casa de sus padres tras quedarse en el paro. Álex cuenta su día a día en una sociedad en crisis en la que cada vez hay más paro, pérdida de derechos y dificultades. También habla de sus reuniones clandestinas, de grupos que se organizan para luchar por un sistema mejor. Esta primera parte, aunque la más breve, es la que más me he costado. Está escrita con un lenguaje denso y a veces tan lírico que me perdía una y otra vez y tenía que releer.
En la segunda parte un escribiente cuenta, por encargo, la historia de Carla, que a los veintiocho años enuentra trabajo en Eslovaquia, en una empresa dedicada a la fabricación de medicamentos hechos con sangre. Esta segunda parte está escrita con un lenguaje más comprensible y es mucho más fácil de leer. La vida de Carla en Bratislava seguirá su curso, hasta que unos años más tarde se vea envuelta en una confabulación para que se apruebe la compraventa privada de plasma y sangre. Será entonces cuando Carla y Álex coincidirán.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que la trama no es tan descabellada como pudiera parecer en un principio, pues la autora se basó en una noticia real en que una multinacional farmacéutica propuso al gobierno español pagar a los parados por donar sangre.
Se podría decir que esta es una novela social, política, incluso un thriller por momentos, que trata sobre organizaciones clandestinas con gente que se arriesga por lo que cree, que lucha contra las injusticias del poder y muchas veces con héroes anónimos…
“El comité de la noche” ha sido mi primera lectura de Belén Gopegui y no he acertado con ella. Creo que la novela tiene aspectos interesantes, pero no me ha gustado mucho la forma, a veces demasiado recargada, por lo que no puedo recomendarla.