¿Qué lleva a un librero de clase alta a quitarse la vida? Eso es lo que se pregunta Carmen Sotés mientras prepara su primera crónica de sucesos para «El Imparcial». ¿Mal de amores? ¿Soledad?
El empeño de la policía en que no publique nada sobre su suicidio y un nombre susurrado en el tranvía que la lleva de vuelta a la oficina, pondrán a la joven periodista tras la pista de una sociedad secreta que lleva oculta dos siglos.
La muerte del librero está relacionada con otro acontecimiento; uno que comenzó en las costas de la Habana en 1702, cuando el capitán Íñigo Galarza zarpó del puerto de la Habana llevando en la bodega de su barco un cofre destinado al rey. La misión no salió como se esperaba y dio origen a la Orden de la Mano Negra.
“El cementerio de los suicidas”, de Manuel Hurtado Marjalizo, es un libro de misterio con mimbres históricos en el que el autor nos narra dos historias. La primera comienza con la última línea que Carmen Sotés decide añadir a su crónica tras el misterioso encontronazo en el tranvía. La joven no imagina que esas palabras pondrán en peligro su vida y la de su amado.
La segunda se desarrolla a bordo del barco capitaneado por Íñigo de Galarza. Su travesía se prevé segura: la enorme escolta que flanquea su navío ha de cerciorarse de que el misterioso cofre llegue a manos del rey Felipe V. Ese cofre obligará al leal marino a recorrer Galicia, Madrid, Toledo y Sevilla.
Las dos tramas nos muestran épocas diferentes de la historia de España: la guerra de Secesión tras la muerte de Carlos II, que puso en jaque a toda Europa, y los últimos días del siglo XIX de aquel Madrid donde los primeros automóviles convivían con simones, y en el que algunas mujeres como Emilia Pardo Bazán o la propia Carmen abrían camino a otras féminas que aspiraban a acceder a un mundo laboral cerrado para ellas.
Su pundonor periodístico obliga a Carmen a resolver el misterio que rodea la muerte del librero. Quiere demostrar su valía y para ello se enfrentará a una sociedad secreta que custodia un secreto que muchos ansían poseer. Y lo hará en soledad, pertrechada únicamente con su inteligencia y el gran valor que le inculcó su padre.
Destacaría de “El cementerio de los suicidas” el gran trabajo de documentación que ha realizado el autor, el uso de muchas expresiones en castellano antiguo que dan un toque especial a las desventuras de Galarza y la nobleza de los dos protagonistas, que renunciarán a todo por salvar lo que más aman.
Una gran novela en la que el honor, la traición, el amor y el dolor viajan de la mano y sumergen al lector en una historia de la que es imposible salir indemne.
hace 3 años
2
0