Cuando Pia le roba unas monedas a Dragos, uno de los seres más poderosos que viven en la tierra, no es consciente de que acaba de firmar su sentencia de muerte. El jefe de los Wyr no puede dar crédito a lo sucedido: una insignificante humana ha burlado todo el sistema de seguridad de su edificio y ha accedido a su interior. Por ello se toma el asunto como una afrenta personal y decide dar caza a Pía de forma personal, para imponerle un severo castigo. Sin embargo, todo se tuerce cuando, de regreso a Nueva York, ambos son atacados por un grupo de goblins. En este mundo imaginario, los humanos conviven en relativa paz con la denominada Raza Vieja, seres dotados de una fuerza descomunal y capaces de mutar en el cuerpo de un animal . Lo mejor sin duda de este libro ha sido descubrir ese mundo fantástico en el que viven enfrentados dragones, elfos, faes oscuros y goblins. La tensa situación que se se genera por culpa de alguien que quiere disputarle el poder a Dragos da lugar a escenas de mucha acción, batallas incluidas, que bien merecen su lectura. La trama me ha parecido una pasada, muy original, pero he chocado con el carácter de Dragos. Es el clásico macho alfa obsesionado con su chica, que monta en cólera cada vez que alguien la mira y que da órdenes a diestro y siniestro y de forma déspota a todos sus subordinados. Entiendo que hubo una época en la que este perfil de protagonista dominante triunfaba entre los lectores pero a mi estas actitudes tan posesivas me desgastan. La frase "Eres mía" en boca del jefe de los Wyr resulta agotadora y que la declaración de amor final de la protagonista sea un "¡Soy tuya!", sinceramente, me ha dejado bastante mosqueada. Es una serie muy extensa y aunque la historia de amor entre Dragos y Pia puede darse por concluida, será necesario leer las siguientes entregas, eso sí, cuando estas sean publicadas en castellano, para ver cómo evoluciona esa guerra entre los diferentes reinos que existen.
hace 1 año