Inútil recordarlo: política y mentira suelen ser buenas compañeras. Parece, sin embargo, que los políticos de hoy mienten con torpeza: seguramente, a no pocos haría bien recordar las recomendaciones que algunos sagaces británicos dejaron escritas allá a principios del siglo XVIII. Cuando la incipiente política parlamentaria iba perfilando las modalidades de las que siguen viviendo nuestras democracias, Jonathan Swift y sus satíricos amigos descubrieron la siguiente verdad: el mentir bien a los ciudadanos no es cosa que se improvise; es un arte con todas sus reglas...