Instrucciones a los sirvientes puede leerse como un documento clave en la larga, cómica y ladina historia de irreverencia irlandesa en la que están incluidos Sterne y Sheridan y Wilde, Joyce y Beckett y Flann O´Brien. Esta tradición no se apoya en la originalidad del argumento ni tampoco en la calidad del ingenio, sino en lo lejos que el creador está dispuesto a llegar para neutralizar la monotonía de un libro de instrucciones, por ejemplo, o lo previsilbe de un día cotidiano, mediante la pura energía de las frases en su estructura dinámica y su tono, la calidad e la observación de las cosas pequeñas, la descarada elección de detalles.