Como libro escrito por quien ha vivido mucho, pero no es escritor, encontramos en él una abigarrada mezcla de recuerdos (divertidos unos, terribles los más) contados escuetamente: véase esa afamada batalla de Borodino relatada en una página escasa; pero los hechos narrados tienen, quizá por eso mismo, una gran enjundia. Walter nos da una visión que no aparece en los libros de Historia: la del soldado que llegaba famélico a las batallas, la de un Napoleón indiferente a los insultos de las tropas a las que pasaba revista.
hace 16 años