Al estilo de las crónicas de los clásicos, estas "Confesiones de una editora poco mentirosa" constituyen el relato, escueto y sostenido, de los avatares de una aventura editorial que, iniciada a finales de los años 60, como una minúscula empresa familiar, se convertiría en una de las editoriales más prestigiosas del país y desempeñaría un papel emblemático en el panorama cultural de la España que intentaba -tarea nada fácil- desmarcarse de la ortodoxia franquista para iniciar el despegue hacia la modernidad. Testigo de excepción de un mundo en el que la ley de la oferta y la demanda ha pasado en muchos casos a sustituir los valores estrictamente literarios, estas páginas no constituyen, sin embargo, una elegía a un mundo perdido. Por el contrario, esta suerte de anti-réquiem -escrito con prosa ajustada y fina ironía- está regido por el humor, la vivacidad, el amor a los libros y a la literatura.