Teñida por tintes autobiográficos, esta novela nos presenta dos mundos paralelos que se enfrentan y se complementan. Por un lado están las explotaciones hidroeléctricas, y por otro los poblados y comarcas donde se instalan éstas. Narración dura, seca y amarga. Una gama colectiva que nos muestra una España atrasada, caduca, y sumida en sombras. Donde el progreso es mirado con miedo y tratado como cosa de brujas. Es una pena que esté tan mal editada. Los de DESTINO deberían hacer algo para mejorarla.
hace 9 años
0
0