La historia se perfila en principio como una novela de terror, pero en realidad se trata de un interesante relato en el que prima más lo psicológico. Los protagonistas se encuentran en situaciones personales extremas, pero al mismo tiempo perfectamente cotidianas, y la novela invita a reflexionar sobre la responsabilidad, la tentación y las decisiones que se pueden tomar en situaciones desesperadas. Lo mejor es la manera en que te identificas con los problemas de los personajes, lo que te lleva a compartir sus terrores, que resultan más cercanos que la presencia de lo sobrenatural. Ese equilibrio entre lo cotidiano, el desequilibrio psicológico y la posible presencia de una maldad inhumana es una de las grandes bazas de una novela que supera un formato más bien modesto y con un desarrollo narrativo sencillo.