Gabriel Saviela es un hombre ciego que un día mata a su madre y después a casi todo aquel que se le pone por delante. Boris Beria es el subinspector de homicidios encargado de la investigación del caso, como ayudante tiene a Nicodemo, un personaje deforme y extraño. También aparece en la historia Manuel Bun, un periodista encargado de la sección de crucigramas, deprimido porque lo ha abandonado Emma, pero que al conocer a Gabriel encontrará el valor perdido que nunca ha tenido. Personajes y trama absurdos, toda la novela es un enorme despropósito. “Humor pasado de vuelta y absurdo” según palabras del propio autor. No es aburrido, no está mal escrito, pero no puedo recomendarlo porque no es el tipo de humor ni de lectura que me gusta. Eso sí, es un libro cortito y ligero que se lee en un rato. Y creo acertar si digo que puede gustar a los lectores que disfruten con novelas tipo “El misterio de la cripta embrujada”, con personajes grotescos y situaciones inverosímiles (personalmente me ha gustado más este libro que el de Mendoza).
hace 10 años