A Bogart no le hace falta tener un arma en la mano para parecer un tío con agallas. Eso decía Chandler de un hombre capaz de conquistar al mundo entero con su mirada intrigante y algo displicente, que enloquecía a las mujeres. Y todo sucedió casi por casualidad. Hijo de una familia acomodada de Nueva york, nació en 1899 y fue mal estudiante. Tras ser expulsado de algunos colegios, se enroló en la marina. A su vuelta del ejército, estuvo ejerciendo diversos oficios hasta que un amigo lo animó a emprender la carrera teatral. Tras la crisis económica del 1929, Bogart decidió dejar Nueva York y tentar suerte en Hollywood, pero tuvo que pasar mucho tiempo hasta que el actor, a sus cuarenta años, obtuviera su primer gran éxito con Sierra Madre, dirigido por John Huston. Y ahí empezó la leyenda, con películas como El halcón maltés, Casablanca, El gran sueño y La reina de África. A este éxito profesional se acopló como un guante su vida personal, que se resume en cuatro matrimonios, donde de todo hubo. Bogart murió cuando solo tenía cincuenta y siete años, pero parece haber vivido un siglo entero. Más aun, parece vivo porque su modo de hacer, su ética en el trabajo, su trato con el mundo que lo rodeaba todavía está con nosotros. De ahí la oportunidad de publicar esta nueva biografía, donde Stefan Kanfer analiza con ojos de crítico consumado cada una de sus películas, cuenta anécdotas sabrosas de lo que pasaba más allá de los focos, y revela datos inéditos del gran actor y del hombre que había detrás del humo de su eterno cigarrillo.