Entretenido libro donde te va contando un poco los viajes que hace para el programa de la tele y como lo compagina con sus hijas. Está bien para entretenerse y llenarse del positivismo que desprende el protagonista.
hace 1 año«¡Estás loco, Raúl! ¡Eso es una locura!». No sabría decir la de veces que he escuchado esa frase. Desde el día que pisé Kenia presentándome a cámara con aquella perorata de «Soy Maraton Man», que eclipsaría mi nombre de pila para siempre, no he parado de viajar, correr, vivir aventuras y rendir homenaje a esa locura que nos mueve a soñar fuerte y sentirnos vivos.
He corrido en soledad, desde la ciudad de Maratón hasta el centro de Atenas, sin puntos de avituallamiento, sin marcas de guía en el suelo y sin público animando. He convivido con los beduinos en mitad del desierto y he aprendido a vivir de la nada como lo hiciera el mismísimo Lawrence de Arabia. He saltado a las aguas gélidas del lago Prestvannet en Tromsø, Noruega, a menos quince grados. He buceado con los bajaus, una comunidad que vive en pueblos flotantes en mar abierto y cuya adaptación genética al buceo ha sido noticia en la comunidad científica. En el Triángulo de Ilemi, un territorio fronterizo disputado por varias tribus de Sudán del Sur, Etiopía y Kenia, he temido por mi vida por primera vez. Y, a pesar de todo, hoy, cuando miro a mis hijas, creo que ser padre es la más top de mis locuras, la Michael Jordan de todas ellas: «Bendita locura».
Entretenido libro donde te va contando un poco los viajes que hace para el programa de la tele y como lo compagina con sus hijas. Está bien para entretenerse y llenarse del positivismo que desprende el protagonista.
hace 1 año