El asesinato de la familia de un editor y de sus ayudantes en el negocio es el caso al que en esta ocasión se enfrenta el juez ciego Sr. John Fielding y su observador ayudante Jeremy Proctor. Todas las evidencias e indicios señalan a un poeta rural que mantuvo una agria discusión con su editor y al que hallaron poco después del momento del crimen con un hacha ensangrentada en la mano. Por otra parte, se desarrolla una trama secundaria, sobre la presencia en Londres de una comunidad religiosa de origen estadounidense y de fuerte tendencia antisemita. El escenario está servido y ahora nuestros protagonistas deberán averiguar la verdad. Bruce Alexander consigue atrapar al lector dotando a la novela de un componente policíaco a lo Conan Doyle y haciendo que el personaje principal sea un personaje histórico, ciego pero heredero de la biblioteca particular de Henry Fielding. La ceguera del protagonista le permite dotar las investigaciones de unos componentes como son los olores, las texturas, los sonidos, que ejercen un particular atractivo para la obra.