En los hoteles, todo sale a la vista: desde un jeque árabe con ganas de una fiesta privada a la "española", pasando por los intentos de un par de señoras por enfriar fruta en un bidé, hasta la mala suerte de un huésped japonés que acaba desnudo en la calle y con una hamaca en la mano. ¿Cuántas anécdotas se esconden en un hotel? Sólo lo saben los que siempre están ahí: los conserjes, los camareros, las gobernantas, los cocineros, recepcionistas e incluso los directores. Su discreción es puesta a prueba cada día, pero aquí no hay lugar para secretos profesionales.