AMAZONA BUENO, NURIA

Nota media 10 Excelente 1 voto 1 críticas

Resumen

Voy a matar a tu hijo. Adriana cree haber oído mal cuando escucha estas palabras en boca de su exmarido. El ruido ambiental, las conversaciones a su alrededor y la actitud cariñosa de Marcos con el niño le hacen pensar que ha sido producto de su imaginación. Sin embargo, un pequeño malestar se queda aleteando en su cabeza. En dos semanas, su hijo se irá de vacaciones con él y, aunque para los demás Marcos es un exmarido modélico, ella sabe de lo que es capaz.

Tras su separación, Adriana ha aceptado un empleo como limpiadora de escenas de crímenes violentos. En su primer día le ha tocado una tarea terrible: limpiar la casa de un hombre al que un desconocido torturó y mató. Allí conoce al inspector Alberto Beranga, que investiga el asesinato de otro hombre a dos manzanas de allí con la misma arma homicida. Durante los calurosos días de ese verano infernal, Adriana trata de proteger a su hijo mientras el inspector, que intuye que un único asesino está detrás de la cadena de muertes violentas, sospecha de ella.

1 críticas de los lectores

Una amenaza repentina y velada de Marco a su ex mujer acerca de asesinar a su hijo da inicio a esta obra dura, sórdida y emotiva. Es una novela cuyo epicentro es la violencia de género y que nos lleva a experimentar emociones intensas, impotencia y frustración.

La intriga desde el inicio es abrumadora. Adriana es la protagonista y Marco su ex marido. Un hombre déspota, cruel, con rasgos psicopáticos que se ha forjado una reputación impoluta y es percibido como un hombre carismático, que financia proyectos humanitarios y se desvive por su ex mujer, una mujer tan ingrata que decidió divorciarse de él.

Adriana está sola con su hijo. Encuentra un trabajo muy peculiar que le hará un flaco favor: limpiar escenas de crímenes. Además, acude a un curioso grupo reducido de rehabilitación de mujeres que han sufrido violencia de género.

Los personajes están muy bien definidos, pero muy pocos son relevantes en el transcurso de la novela. Entre ellos están Raquel y Alberto. Raquel es una compañera del grupo de rehabilitación que será clave en el desenlace y en las decisiones que tomará Adriana. Es una mujer valiente, que lucha contra el cáncer y nos dará grandes reflexiones. A través de Raquel viviremos experiencias de abuso sexual a menores, injusticia legal y social, soledad y especialmente resiliencia. La capacidad de superar obstáculos y vivencias sombrías e inhumanas y reponerse a ellas.

Alberto es un detective que comenzará a sospechar que Adriana es la asesina, pues de fondo en la novela se sucederán varios asesinatos de hombres que viven en el mismo barrio que ella. Está convencido de que ella podría sufrir un trastorno disociativo y no recordar los crímenes. Su investigación dará lugar a giros de trama sorprendentes e inesperados y descubrir situaciones y detalles impactantes.

En algunos momentos durante la lectura llegaremos a plantearnos si la protagonista realmente sufre un trastorno mental y todo lo que acontece está en su imaginación, que no está en peligro, sino que ella es la responsable de los asesinatos. Aquí la autora hace un gran trabajo pues sabemos desde el inicio que Adriana sufre violencia y que ésta continua tras el divorcio, pero la capacidad de convencer y la elocuencia de un psicópata lleva a dudar hasta a personas con décadas de experiencia en violencia de género.

Es un libro que trata de manera magistral e impecable la mente de un psicópata narcisista y todas las fases o etapas psicológicas que se suceden contra la víctima en una escalada de violencia cada vez mayor, pero siempre sutil, sin dejar huellas ni pruebas que puedan llevar a descubrirle. La protagonista está atrapada en un entorno que apoya al maltratador por su carisma y sus obras caritativas, incapaces de considerar que un hombre con estas características pueda ejercer violencia contra nadie. Es un libro de emociones duras e intensas y vamos a sentir la impotencia y frustración de Adriana por salvar la vida de su hijo mientras a su alrededor nadie la cree y ni la protegen a ella y al niño debido a la buena reputación que Marco se ha esforzado en forjarse.

Desde el inicio podemos ver el gran trabajo de estudio y documentación en profundidad de la autora sobre la violencia ejercida por psicópatas narcisistas. Además, la forma de narrar las escenas de violencia desde el inicio y en escalada están tan bien hechas que el libro llega a ser muy duro leerlo en muchas ocasiones y transmite mucho dolor, impotencia y rabia. Nos pondremos en la piel de Adriana desde el inicio sintiendo con ella su soledad, la falta de ayuda policial y familiar o de amistades y la ausencia de apoyo legal ante las amenazas de su ex marido y su imposibilidad para proteger la vida de su hijo. El papel de la madre de Adriana es el que mejor representa la injusticia y el abandono de una víctima de violencia, por cómo se posiciona desde el inicio del lado del ex marido y sucumbe a su carisma abandonando a su hija y colaborando en que sea considerada incapacitada para tener la custodia del niño, promoviendo la creencia en Adriana y en el lector de que está trastornada y necesita ser ingresada en un sanatorio. Una de las partes más duras del libro es la luz de gas que lleva a cabo Marco. La alteración de la percepción de la realidad hasta hacer creer a su víctima que realmente necesita tratamiento psicológico. Es admirable la forma de mostrarnos cómo un maltratador se muestra ante los demás como una persona perfecta, solidaria, amable, educada y elegante hasta hacer creer que es él quien sufre maltrato. Cómo el hecho de forjarse una gran reputación ayuda a los psicópatas a recibir apoyo y ayuda cuando la víctima por fin lleva a cabo una denuncia y ésta es la parte más cruel en la novela: ver a Adriana sola, abandonada y despreciada por la única persona que tiene en su familia que es su propia madre.

Es un libro que me gustaría poder recomendar a todo el mundo porque ayuda mucho a reconocer el inicio de la violencia y poder escapar a tiempo de una relación de este tipo, sin embargo, por la crudeza de las situaciones y la forma honesta pero dura de narrar las escenas no puedo considerarlo apropiado para personas con sensibilidad o que hayan transitado por situaciones similares. (Noemí Hernández, 13 de mayo de 2024)

hace 1 mes