Siempre que llega un vecino nuevo a su edificio, Julia se encarga de darle la bienvenida con un bizcocho casero. Cuando el nuevo inquilino de al lado le abre la puerta, Julia se queda de piedra: el hombre es bastante rarito y un poco borde, pero está cañon. La actitud hosca de Robert tiene una explicación, y es que acaba de renunciar a su puesto en la brigada especial donde ha prestado sus servicios durante los últimos años jugándose la vida y es consciente de que aún hay gente tras su pista que desea verlo muerto. Por eso, sospecha de todo y de todos, incluida la guapa vecina que vive en el piso de al lado. Por suerte, el carácter desenfadado y risueño de Julia logrará abrir una brecha en sus defensas y que poco a poco, confíe en ella. La atracción que sienten y el cordero asado de su abuela, se encargarán de conseguir el resto. «Al otro lado de la pared» es una comedia romántica con el inconfundible estilo narrativo de su autora. Para mí, Laura Nuño es única creando personajes simpáticos y resultones que nos hacen sonreír con sus ocurrencias y su peculiar sentido del humor. La trama es sencilla, no profundiza mucho en el peligro que acecha a Robert y se centra más en la historia de amor de Robert y Julia y su relación con los amigos de esta, enseñándonos que para él también es posible alcanzar los dos pilares sobre los que gira la vida de Julia: su familia y sus amistades. Cada uno en su estilo, ambos personajes me han gustado mucho. Robert gracias a su nula capacidad para interrelacionarse con otras personas sin hacer uso de una pistola y Julia, con su desparpajo y su don para transmitir buen rollo a la gente que la rodea. Mi personaje secundario favorito, y estoy segura de que para muchos otros lectores que ya conozcan esta historia, ha sido sin duda doña Amalia, la abuela de Julia, una mujer con una vitalidad increíble, muy inteligente y que adora a su nieta a pesar de los pescozones que le da cuando le lleva la contraria. Por ponerle una pega a la novela, me hubiera gustado que el desenlace se hubiera desarrollado con más detalle y saber de él en tiempo real y no por boca del protagonista, a toro pasado. A pesar de ello, me lo he pasado genial con esta lectura. Es fresca, divertida, tiene un poquito de acción y los protagonistas son encantadores. ¿Se puede pedir más? Bueno, en realidad, sí... no me importaría en absoluto que la autora se animara a contarnos la historia de algún otro miembro de los Jinetes, los ex compañeros de Robert, en el futuro.
hace 1 año