Elaine y su amiga Charlotte son dos apasionadas de todo lo relacionado con el siglo XIX, por eso la noticia de que la fiesta de compromiso de esta última será temática y que todos los invitados tendrán que acudir vestidos de época, es acogida con mucha alegría y tiene entusiasmada a la joven profesora. Lo malo es que uno de los invitados a la fiesta es John Beecroft, amigo íntimo de los novios y a quien Elaine odia con toda su alma. La opinión de John sobre ella tampoco difiere mucho de la suya, pero cuando su amigo Harry le pide que sea la acompañante de Elaine hasta que él llegue a la fiesta, no puede negarse a hacerle ese favor. Tras un suceso que altera mucho a Elaine durante el transcurso de la noche, esta sale a la calle para que le de el aire y John decide acompañarla. Tras una breve conversación, acaban dándose un inocente beso que acaba transportándolos a través del tiempo, hasta el siglo XIX. Se hallan solos, totalmente desorientados, en plena noche y sin dinero, Por suerte, Amelia Compton, una dama de mediana edad, se ofrece para darles cobijo en su casa hasta que puedan mantenerse por sus propios medios, ello a pesar de desconfiar de la historia que la pareja le ha explicado. He leído bastantes novelas Time Travel pero esta captó mi atención porque creo que es la primera en la que el viaje en el tiempo es por partida doble, y tenía mucha curiosidad por saber cómo se enfrentarían los protagonistas a una aventura de estas características. Es una opinión totalmente personal, pero me ha faltado química en la relación de Elaine y John. Son dos polos opuestos y aunque en la cama se entienden a la perfección, a nivel emocional, su relación dista mucho de ser perfecta. No se soportan y ambos tienen una imagen muy equivocada del otro, pero están condenados a convivir hasta que encuentren la forma de regresar a su época y ahí es donde me surge la duda de si hubiesen acabados juntos en circunstancias normales, si ese viaje no hubiera sucedido. De los dos protagonistas, John es el que tiene más carácter y el encargado de coger las riendas para intentar adaptarse a su nueva vida, mientras que el papel que adopta Amelia durante su estancia en el hogar de Amelia es mucho más pasivo. Si hay un personaje que me ha gustado, ha sido el de la simpática señora Compton. Es entrañable y durante las constantes peleas de la pareja protagonista ha sido la encargada de poner un poco de orden y hacerles reflexionar sobre sus actos. «A un beso del pasado» ha resultado una lectura que quizás no ha cumplido todas las expectativas que había puesto al principio en ella, pero ha resultado entretenida y para los lectores que gustan de los viajes en el tiempo, puede resultarles una propuesta interesante.

Muy bueno, me encantó, es un libro ligero y entretenido, fácil de leer-