Meriem y Lydia son dos adolescentes de diecisiete años a las que une una inmensa curiosidad por comprender lo que ocurre en el mundo. Una ha crecido en París en el seno de una familia laica de origen marroquí, la otra ha nacido en Bolonia en una familia cristiana. Ambas han iniciado un intercambio de correos electrónicos en los que mantienen apasionantes discusiones sobre temas tan diversos como qué significa ser musulmán, qué piensa una chica musulmana sobre el terrorismo islamista, qué es realmente la xenofobia, qué significado tiene para una adolescente la palabra "laicidad" o qué implica la prohibición de los símbolos religiosos en los colegios. Este intercambio de opiniones, al que se unen después María, una joven catalana aún conmocionada por los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004 y Fattuma, la prima de Meriem, una joven marroquí culta e inteligente que ha optado por el integrismo islámico, le sirve a Tahar Ben Jelloun para hablarnos de actualidad y respeto, construyendo un texto que brilla con la fuerza de la denuncia y de la espontaneidad.