El castigo cuenta el calvario, el de diecinueve meses de detención, de noventa y cuatro estudiantes castigados por haberse manifestado pacíficamente por las calles de las principales ciudades de Marruecos en marzo de 1965. Con la excusa del servicio militar, estos jóvenes fueron encerrados en cuarteles donde, bajo la vigilancia de suboficiales del entorno del general Ufkir, sufrieron vejaciones, humillaciones y maltratos. Estos acontecimientos se insertan en la represión de los denominados «años de plomo» durante el reinado de Hassan II. Tahar Ben Jelloun, uno de los estudiantes represaliados, cuenta en primera persona lo que fueron aquellos largos meses que marcaron para siempre sus veinte años, alimentaron su conciencia y secretamente lo hicieron escritor. El castigo nos impone una reflexión sobre la fragilidad de la libertad.