El nuevo maestro de la escuela de Néant, en África, tiene un problema, los alumnos, poco a poco, dejan de asistir a clase. Al final encuentra a sus alumnos en una fábrica de zapatos y balones de cuero, trabajando doce horas al día para ganar un dólar. Pero por mucho que proteste, los niños no quieren volver a la escuela. Porque, como dice el jefe del pueblo: El saber puede esperar, el hambre no. A pesar de todo, el maestro no se rinde...