De esta autora francesa había leído “Los tres evangelistas” (que comprende tres novelas protagonizadas por tres jóvenes historiadores que participan en diversas investigaciones) y “Fluye el Sena” (tres relatos breves protagonizados por el comisario Adamsberg). “La tercera virgen” es la primera novela extensa que leo protagonizada por el comisario.
Adamsberg regresa a París tras unas semanas de descanso en sus Pirineos natales, entre manos tiene el asesinato de dos hombres, caso que se resiste a pasar a la Brigada de Estupefacientes, porque su instinto, como una especie de sexto sentido, le guía por vericuetos distintos a los de la simple lógica. Además en su brigada hay una nueva incorporación, el peculiar teniente Veyrenc, que recita versos y no ha llegado allí por casualidad. Así se inicia esta novela en la que nada está claro durante muchas páginas y en la que se entremezclan distintas historias y escenarios, muchos personajes -me ha encantado también la aparición, aunque breve, de Mathias, el “evangelista” experto en prehistoria-, pistas falsas, recetas medievales… para llegar a un final sorprendente y totalmente inesperado.
Me ha gustado profundizar en el personaje del comisario, un policía extravagante, tremendamente intuitivo y nada corriente, y también conocer al resto de miembros de la Brigada Criminal, el comandante Danglard, la teniente Retancourt…, a cuál mas singular.
Mi opinión general no ha variado respecto a los otros libros que he leído de ella, no destacaría su estilo literario, hay pocas descripciones y muchos diálogos; pero me gustan las tramas, extrañas y enrevesadas, situaciones inconexas que al final convergen, y sus personajes, de lo más surrealistas. Curiosas también las referencias históricas que aparecen, imagino que fruto de los conocimientos de Arqueología e Historia de la autora. Todo ello, con mucha intriga y bastante humor, hacen que las novelas de Fred Vargas, además de muy entretenidas, sean un hito en el género policíaco.
hace 8 años
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