Durante la primera mitad da vueltas y más vueltas alrededor de nada y durante la segunda lo precipita todo en una resolución caótica. Es el peor de todos los que he leído de Fred Vargas. No sé por qué lo catalogan como un caso de los tres evangelistas si en realidad es un caso de un personaje nuevo, el alemán, y Marc y Matthias están ahí como podrían estar dos gendarmes cualesquiera.
hace 6 meses