La Guerra contra el Imperio Turco, conocida popularmente como la "Guerra del Turco", fue la más tenaz y prolongada que España libró a lo largo de su historia. Duró más de 200 años y tuvo como escenario principal el mar Mediterráneo y los países ribereños. Un enfrentamiento titánico que obligó a un derroche descomunal de recursos y energías y dejó casi despoblada gran parte de la costa española. En esa contienda despiadada se mezclaron factores políticos y religiosos, pero sin la intervención de España, entonces en el cenit de su poder, es muy probable que el centro y sur de Europa hubieran caído en manos del islam otomano. Mientras el Imperio Hispano se extendía por todo el mundo, a duras penas conseguía detener los ataques de turcos y corsarios magrebíes. La guerra se convirtió en una herida abierta que se tragó enormes cantidades de hombres, barcos y oro.