La impresión que me deja esta recopilación de charlas y artículos de Ray Bradbury es clara: Creo que pocos autores han amado tanto el oficio de escribir. Y su amor lo transmite con entusiasmo en esta serie de ensayos y entrevistas que son una obra de arte en sí mismas. Por la forma en que se expresa, por la fuerza que transmiten sus palabras y sus ideas, uno siente la necesidad ineludible de ponerse a escribir. Este no es uno de esos libros que reparten consejos de escritura, si bien alguno que otro se desliza entre sus páginas. Es un libro sobre la motivación, sobre el auténtico amor por el arte de crear historias de la nada. Tal vez nos parezca imposible emular a un hombre que corría a su máquina de escribir nada más levantarse y daba luz a textos de doce mil palabras casi de una tacada. Pero lo que es seguro es que Bradbury nos espolea a intentarlo. Él era un privilegiado, un autor con mayúsculas, el espejo en el que todo escritor en ciernes quiere mirarse y reconocerse. Un hombre que comenzó dubitativo, como todos, para acabar matando esos demonios de la inseguridad que acechan a los escritores a base de crear cuentos maravillosos. Y termino con un párrafo que demuestra hasta que punto confiaba en su capacidad: «Así que, una y otra vez, mis cuentos y mis obras me enseñan, me recuerdan, que nunca debo volver a dudar de mí mismo, de mis entrañas, de mis ganglios y del tablero Ouija de mi inconsciente». Genial.
hace 6 meses