El libro tiene bastantes páginas, pesa, abulta y da mucho respeto, pero una vez que te adentras en sus páginas es como volver a encontrarte con una vieja amiga. Poco a poco, como si recorrieses una senda ya conocida, vas sumergiéndote en la historia, vives cada momento y comprendes cada postura e idea que la autora magistralmente nos presenta.
Con esta novela ha conseguido que me pare a reflexionar sobre temas muy controvertidos como el aborto, la pena de muerte, la religión y cómo afrontar la pérdida de un ser querido, y me ha enseñado que ninguno de estos temas tienen un único e irrefutable planteamiento o solución correcta, sino que cada persona tiene un punto de vista y una forma distinta de afrontar estas situaciones.
A través de la historia de dos familias con posturas contrapuestas principalmente con respecto al tema del aborto, conocemos dos versiones distintas de afrontar y considerar este y otros temas, y vemos cómo el fanatismo y el punto de vista radical consiguen que posiciones a priori muy distantes acaben pareciendose entre sí.
Por un lado tenemos a Luther Amos Dunphy, padre de familia, de profesión carpintero techador y persona muy religiosa, que está totalmente en contra del aborto y se siente llamado a ser un soldado de Dios, mártir y vergudo. Con este fin asesina a tiros a un médico abortista a las puertas de una clínica para mujeres.
Augustus "Gus" Voorhees, nuestro segundo protagonista, es también padre de familia, un médico que defiende el derecho a decidir de las mujeres y les ayuda a poder verlo hecho realidad. Una persona con una gran personalidad y muy comprometida con su trabajo, hasta el punto de ponerlo por delante hasta de su propia familia.
El asesinato desencadena el desastre en ambas familias y marcará a los miembros de las mismas para el resto de sus días. En este punto toman protagonismo otros dos personajes. Por un lado Naomi, la hija mediana de Gus, que se verá perdida y abandonada tras el asesinato de su padre, y que arrastrará a lo largo de los años la tristeza, el rencor y el odio. Por otro lado tenemos a Dawn, segunda hija de Luther, una muchacha retraída, tímida, poco agraciada y obsesionada con la religión y con llevar una vida acorde a sus creencias.
Con el paso de los años, ambas irán evolucionando y seremos testigos de cómo intentan sobreponerse a sus problemas y traumas, cada una a su manera y de la forma en que la vida se lo va permitiendo. Ambas son mujeres luchadoras, que han tenido que enfrentarse solas al mundo. Cada una va encontrando su camino hasta que hacia el final éstos se encuentran, llegando a poner un punto de entendimiento y esperanza donde sólo se preveía que iba a haber rechazo y odio.
Tengo que destacar un pasaje de la novela, en concreto la escena de la ejecución, que consiguió conmoverme y agobiarme de tal manera, que las lágrimas acabaron rodando por mis mejillas. Aunque no es difícil que yo llore con una historia, sí es difícil que me agobie y me quede dándole vueltas a la misma, y este libro lo ha conseguido con creces, por lo que para mí significa que es una gran historia, con pensamientos y sentimientos profundos que se quedan contigo durante mucho tiempo.
Por eso y aunque yo haya puntuado con un diez a esta magnífica obra, no puedo recomendarla a cualquier lector. Si tienes ganas de leer una historia de sentimientos, pensamientos e ideas, y no te dan miedo los tochos, aprovecha que es verano y hay más tiempo para leer y hazlo, seguro que lo disfrutas y te deja poso.
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hace 6 años
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