En la Trilogía Roth, Andrew Taylor explora, como un minucioso arqueólogo, los demonios del pasado para desenterrar las intrincadas raíces de un presente de horror, sexo, violencia y religión. Roth acaba por ser para el lector no tanto un pueblecito junto a Londres como un suburbial estado de ánimo en el que el sentimiento de culpa y la religión desempeñan un papel importante. La estructura de la Trilogía Roth es única en el género de la novela policíaca y el thriller psicológico: Las cuatro últimas cosas, El juicio ajeno y Oficio de difuntos son tres historias interrelacionadas, cada una de ellas cerrada en sí misma y de lectura independiente, con su propio estilo, que invitan sin embargo a una continua relectura y reinterpretación, enriqueciéndose de este modo mutuamente, pues el orden de escritura y de publicación fue cronológicamente inverso respecto al de los acontecimientos que se narran. Es decir, si las novelas se leen en orden nos remiten cada vez a un tiempo más lejano, lo que hace particularmente oportuno publicarlas conjuntamente, de modo que sea el lector quien decida el orden en que se enfrente a ellas. El talento narrativo de Andrew Taylor y la potencia evocadora de su prosa justifican el espectacular éxito internacional que su obra ha cosechado.