Hace unos años que leí mis primeros cuentos de Cortázar (los recopilatorios “Final del juego” y “Queremos tanto a Glenda”), que me encantaron, así es que esta era una apuesta segura. Le ha tocado el turno a “Todos los fuegos el fuego”, que recoge ocho relatos del autor, y el reencuentro no me ha decepcionado, todo lo contrario.
El primero de los relatos es “La autopista del sur”, en el que el autor describe un monumental atasco en una autopista de regreso a París, que se alarga días y días, hasta el punto de tener que organizarse en pequeños grupos para poder subsistir. También destacaría “La salud de los enfermos”, en el que una familia crea una historia ficticia paralela a la real, para no inquietar y salvaguardar la salud de “mamá”. “La señorita Cora”, en el que se narra la estancia de un chico de quince años en un hospital, donde le atiende una enfermera que suscita en el joven sentimientos encontrados, tiene la peculiaridad de alternar de narrador frecuentemente, incluso en una misma frase, según el personaje al que se da voz/pensamiento en ese momento. Otro de mis preferidos es “La isla a mediodía”, en el que un azafato de vuelo se obsesiona con una pequeña isla que ve durante la ruta aérea a la que está destinado; el desenlace es inesperado y sorprendente. En “Todos los fuegos el fuego” se alternan dos historias, una ambientada en un circo romano, la otra, en una época más moderna, se inicia con una llamada telefónica; dos narraciones paralelas con finales comunes. Los otros tres cuentos (“Reunión”, “Instrucciones para John Howell” y “El otro cielo”) son igualmente recomendables.
En mi opinión, los cuentos de Cortázar son una maravilla, combinan una excelente prosa con unas tramas ingeniosas que entretienen y sorprenden, y que asimismo exigen la atención del lector por sus particularidades, ya sean elementos ambiguos, fantásticos, alternancia de historias, confusión entre real y ficticio, cambios de narrador... Siempre que termino uno de sus relatos, además de pensativa, me quedo con la sensación de que el autor ha estado jugando con el lector, con un resultado admirable.
Julio Cortázar me parece uno de los mejores cuentistas que he leído y lo recomiendo fervientemente.
hace 4 años
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