Ante la perspectiva de pasarse el fin de semana más sola que la una, encerrada en una andrajosa pensión de Londres, Margot Heijne se arma de valor y llama a Leon Wagner, el misterioso desconocido con el que flirteó durante el vuelo desde Rotterdam y que, al verla perdida al salir del avión, se ofreció a hacerle de cicerone por la ciudad. De regreso a Holanda, después de pasar dos días y dos noches inolvidables, la vida de Margot ha cambiado por completo. Atrás queda su ex, quien meses atrás la había humillado engañándola con su mejor amiga; atrás queda su rutinario trabajo como vendedora en una empresa de decoración, que deja para iniciar, apadrinada por el propio Leon, una prometedora carrera como interiorista; atrás quedará su baja autoestima, gracias a un hombre que la sabe escuchar y con el que compartirá mil y un juegos eróticos hasta ahora desconocidos para ella. Sin embargo una sombra inquietante se cierne sobre la pareja, la sombra de Edith, la antigua novia de Leon, una mujer de sorprendente parecido a Margot que se suicidó hace poco más de un año. Por más que Leon asegure a Margot que es a ella a quien ama con pasión, y a veces incluso se lo demuestre con una inusitada agresividad, el fantasma de Edith, y de su extraña muerte -¿fue realmente un suicidio?, ¿alguien la ‘animó’ a hacerlo ?-, llena de inquietud y de miedo a Margot, amenazándola con condenarla de nuevo al abismo.