Siete pies, cortados y atados entre sí, aparecen flotando en el río Sena, cerca de la sede central de la Policía Judicial francesa. Se forma rápidamente un equipo de investigación, dirigido por el capitán Martin Vaas. La búsqueda de los cuerpos a los que pertenecen esos pies hace que se reabran casos de hace más de veinte años, crímenes en los que al cadáver le faltaba un pie, cometidos cerca del curso de un río. Sin embargo, las piezas no terminan de encajar. Una misteriosa inscripción (en uno de los pies se lee «ganador») podría encerrar la clave de todo.