Tras cortar sus lazos con los servicios de inteligencia israelíes, el legendario espía y restaurador de arte Gabriel Allon se instala discretamente en Venecia, el único lugar donde ha conocido la paz. Su bella esposa, Chiara, dirige la Compañía de Restauración Tiepolo y sus dos hijos de corta edad acuden a una scuola elementare del barrio. Gabriel, entretanto, dedica sus días a vagar por las calles y los canales de la ciudad acuática, desprendiéndose de los demonios de su trágico y violento pasado. Pero cuando Julian Isherwood, el excéntrico marchante de arte londinense, le pide que investigue las circunstancias que rodean el redescubrimiento y la lucrativa venta de un cuadro centenario, Gabriel no tarda en descubrir que la obra en cuestión, un retrato de una mujer anónima atribuido a Anton van Dyck, es casi con toda certeza una falsificación hecha con diabólica habilidad. Para encontrar al misterioso personaje que pintó el cuadro —y destapar un fraude multimillonario en la cúspide del mundo del arte—, Gabriel concibe uno de los planes más complejos de su carrera. Si quiere tener éxito, habrá de convertirse en la imagen especular del hombre al que busca: el mayor falsificador de cuadros de la historia.