Narrado como a tientas, Reencuentro de personajes nos sumerge en una atmósfera asfixiante, donde se adivina, a cada paso, el hálito sofocante de una sexualidad morbosa y, a la vez, extraviada en algún punto anterior a la primera línea de la novela. Y mientras avanzamos intrigados por descubrir ese momento original, acabamos presos, como su protagonista, de un conciliábulo de fantoches, sometidos entre sí por la mera abyección sexual o por el más sórdido de los chantajes. En definitiva, Reencuentro de personajes es un relato agónico y pasmoso sobre el envenenado pudridero en que pueden convertirse las ilusiones truncadas y los prejuicios de clase.