Estos recuerdos dibujan una perfecta carambola a tres bandas: la vida, la obra y la amistad, sazón de todo. Mediante el relato de los diferentes encuentros de tres colosos de las letras rusas con un joven escritor llamado a ser tan célebre como ellos, cada uno será visto según su peculiar relación con el autor: la admiración sin sumisión ante la imponente figura del Tolstói escritor inmortal y, al mismo tiempo, la falta de aprecio por el santón «desmesuradamente pagado de sí mismo»; el ascendiente literario del más europeo de los escritores rusos y el ascendiente moral del más noble de los hombres, Chéjov; y, por último, la personalidad autodestructiva y genial de Andréiev, «mi único amigo en el ambiente literario» con un final cantado en pos de la ruptura. Este libro, considerado como el mejor de Gorki, cuenta en definitiva lo que las cronologías no recogen y las biografías pasan por alto: la contradictoria humanidad de toda relación entre escritores.