Junio de 2086. Un virus ha terminado con la humanidad y no quedan más que dos personas en todo el planeta: un joven y un anciano que pronto dejará de existir. Estos dos últimos supervivientes contemplan las ruinas de la humanidad. Las guerras han terminado, ya no hay hambre en el mundo y las bestias creadas por el hombre fueron desapareciendo. ¿Hacía falta una gran destrucción para que alguien se emocione de nuevo ante una puesta de sol? ¿Hará falta que desaparezca el hombre para ser conscientes de lo que llegó a ser? Amigorena firma una novela de gran carga poética y nos sitúa cara a cara con un futuro cada vez más cercano mientras se pregunta por los errores del hombre que podrían acabar con la humanidad.