Mensaka fue escrita cuando su autor aún no había cumplido los veinticinco años. Sin embargo, la obra, que trata de las desventuras de un grupo de chicos posiblemente por debajo de esa edad, está narrada con una aparente madurez que parece necesaria para entender las razones últimas del comportamiento de sus protagonistas. Cada capítulo presenta una voz distinta, reto bien resuelto por Mañas que consigue imprimir en cada personaje una expresión y una personalidad propias. Lo dicho, una novela generacional tratada con realismo y destreza.
hace 3 años