Hasta el último capítulo tiene algo en la trama para sorprenderte, no es posible, sino después de leerlo completo, saber si Alice está enferma o sana. Es una historia perfectamente estructurada. En momentos resulta tediosa tanta redundancia respecto a términos psiquiátricos y psicológicos, pero son parte fundamental de la historia.

Lo leí hace muchos años. Siempre lo recomiendo.

Interesante lectura, no te deja indiferente.

Excelente libro para leer, siempre y cuando teniendo en cuenta el contexto histórico de la psicología/psiquiatría de esa época. Me encontré con una historia que de a ratos te traslada al profundo dolor que sentían aquellos personajes y también a la "realidad" de los manicomios. A mí me encantó!

Lento y pesado de leer. Muy por debajo de las expectativas creadas por ser un libro tan votado. Parece que el escritor tenga más interés en demostrar sus conocimientos sobre psicología y funcionamiento de un manicomio que contar una historia.

No me gustó nada. Quizás los 40 años que han pasado desde su publicación lo ha dejado obsoleto. Me resultó tedioso, repetitivo, y sobre todo, el laismo del autor me extraña en un autor de categoría.

Lo leí siendo joven y guardo un recuerdo magnífico de este libro. No sé si hoy día tendría la misma opinión, pero un día de estos lo volveré a leer. Muy pocos libros, para mí, merecen una segunda lectura.

Comencé con altas expectativas sobre este libro debido a las buenísimas críticas y las numerosas recomendaciones pero he de reconocer que no me ha cautivado como deseaba. Es una historia muy interesante y con una altísima carga divulgativa pero no era lo que esperaba.

Esta opinion muy personal está escrito asumiendo que has leído el libro. Cuantas veces hemos evadido un dolor, un mal recuerdo, una tragedia... Vivimos lidiando con ello afrontandolo de mil maneras, algunos se levantan y tropiezan pero vuelven a levantarse más fuertes pero otros se levantan y no miran atrás. Que bonito es ver la vida así... Por eso Alice es tan especial y el libro te lo demuestra, es una mujer valiente, inteligente, fuerte, frágil pero llena de coraje para resolver su investigación hasta el final y quedas cautivado por esa realidad que crea logrando poseerte.. Hasta el final, sintiéndome una víctima más de su terrible verdad. La historia junto a los personajes secundarios se siente real, mención especial a doctor Alvar, que se convierte, sin querer, en el villano de la historia y al menos tenía razón en su tesis de paranoia auténtica y simulada que limpia su imagen tras su deshonrroso final. Gracias a la persona que me lo ha recomendado, me he transportado a la intriga, a encajar todas las piezas la imagen resultante es diferente a lo que esperaba, a amar más mi profesión de bata blanca cuyo Renglones, buenos o malos, simboliza su belleza.

Esta es una novela perteneciente al género de intriga, o utilizando el argot fílmico, al thriller, aunque también entrevera el drama. Al principio la intriga transita por un camino que más adelante se trifurca (sí, leéis bien, trifurca) sin que sepamos cuál es el correcto, lo cual es entretenido y mérito de la capacidad inventora de Luca de Tena, quien teje magistralmente una red de sospechosos y víctimas. En cuanto al aspecto dramático que integra la novela, vemos como la prota vive unas situaciones en las que parece que todo lo que le ocurre es malo y nade contracorriente, aunque gracias a su don de gentes y simpatía bregue con las desdichas de un modo más llevadero. Además, la novela plasma las a veces crueles coincidencias que nos depara la vida, que cuando nos ocurren nos imaginamos que algo extracorpóreo, inefable e inasible, conspira contra nosotros, llámese espíritu, dios, karma o vagamente mala suerte. El destino es a veces caprichoso y no creo que me equivoque al afirmar que todos nos hemos sentido identificados alguna vez con esta frase.

En cuanto a la forma, no se aprecian excesos pedantes de cultismos o un lenguaje altisonante, Luca de Tena apuesta por un estilo sencillo tanto en el lenguaje como en la forma de narrar: 3ª persona y narrador omnisciente. También, la novela alcanza un grato equilibrio entre el diálogo y la narración.

En suma, esta popular novela sería redonda si no le faltase más comicidad por momentos y no se retorciese tanto la historia acerca de una misma cuestión, sobre todo en su desenlace.

En general me ha gustado. El tema es muy interesante y los personajes me han caído bien. Me han llamado la atención muchas cosas, sobre todo en la primera parte, que para mí es la mejor. En la segunda, aunque da un giro inesperado casi hacia el final que sorprende mucho, creo que es algo surrealista. Da la impresión de que allí todo el mundo está enamorado de la protagonista ( incluidos los personajes femeninos) y eso los lleva a tratarla más como amiga íntima que como paciente. Alice Gould está sobrevalorada. No me ha parecido que tenga una gran inteligencia como parece que nos quieran recalcar una y otra vez a lo largo de toda la historia. Tampoco digo que carezca de ella, eso no, sino que en comparación con el resto de internos, pues la suya destaca más.

Los renglones torcidos de Dios se me hizo un libro muy bueno, sencillo en sus personajes ¿Porque qué es más humano en la vida que la enfermedad o la muerte? Estas circunstancias nos hacen pensar en la fragilidad de la mente lo tenaz que puede ser para un ser humano no tener nada claro, o estar muerto en vida. Con un personaje que en verdad te encariñas, lo comprendes, lo estudias pagina a página sin ser este revelador en todo momento, hace sin igual a Alicia. Oh Alicia donde quiera que estés espero estés muy feliz, haciendo lo que la vida te ha mostrado con serenidad pero al mismo tiempo con las más duras pruebas.

“Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena comienza con el ingreso de Alice Gould en un sanatorio mental. Ella cree haber entrado para investigar un crimen, pero la realidad parece ser otra: sufre paranoia y ha intentado envenenar a su marido varias veces. ¿Ha sido internada injustamente o realmente padece un grave trastorno psicológico? Es una pregunta que tanto el equipo médico como el lector se repiten constantemente por la extrema inteligencia de Alice y su actitud aparentemente normal en su relación con el personal y los internos del centro. Torcuato Luca de Tena se introdujo durante dieciocho días en un sanatorio psiquiátrico para documentar la novela. Su experiencia le sirvió para exponer las condiciones de vida de los pacientes y debatir sobre los tratamientos más adecuados para sus afecciones. Del libro llaman poderosamente mi atención esos renglones torcidos de Dios que dan título a la novela y que son mucho más que enfermos necesitados de ayuda. De ellos, cuatro me han emocionado especialmente: Rómulo, La niña oscilante, Ignacio Urquieta y el Hortelano. Son el alma de la novela. A través de la figura de Alice conocemos el funcionamiento de un hospital psiquiátrico, la bondad de algunos médicos y los cuestionables tratamientos de otros. Me ha resultado especialmente duro el trato que se daba a los internos con retraso mental. Niños abandonados por sus familias y que, diagnosticados de incurables, apenas recibían tratamiento. Me pregunto en qué medida han mejorado las condiciones de quienes hoy en día sufren problemas mentales. Queda mucha investigación por hacer en el campo de la psiquiatría y desgraciadamente se invierten pocos recursos. “Quizá la verdadera locura no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo ha tomado la inteligente resolución de volverse loca”. Heinrich Heine

Me atrapó !!! Y también me divertí a pesar de la temática. Vale la pena !

Libro que hay que leer si o si. Historia muy interesante, cautivadora y original.

me encanta como escribe este hombre, todas las historias que cuenta son únicas. Gran libro lo recomiendo

Hace muchísimo que lo leí y me encanto volveré a releerlo

Excelente

Hace ya unos cuantos años que terminé este libro y recuerdo que me encantó, la historia me gustó desde el principio y el final me pareció sorprendente!

Lo cierto es que lo empecé con cierta reticencia por la temática y la época en la que se escribió, pero tengo que decir que me sorprendió gratamente, tanto la historia, que al principio parecía que no tuviera mucha enjundia , como su forma de narrar, que te hace meterte en el personaje de Alice. El autor consigue que la admires o te parezca presuntuosa, en ocasiones dudes de ella o la creas a partes iguales. Dónde se ve claramente el paso del tiempo es en los términos que utiliza para nombrar a los enfermos, que ahora estarían censurados. Los llama idiotas o imbéciles pero sin acritud, no tiene ninguna intención de insultar, simplemente era la forma que antes se utilizaba para describirlos, aunque ahora esos términos, afortunadamente, nos escandalicen