En este libro, donde el autor combina con su habitual inteligencia casos clínicos, ensayo y autobiografía, el gran tema es la visión y la imaginación visual. Sacks cuenta las historias de gente que puede comunicarse con otros a pesar de haber perdido habilidades que consideramos indispensables. Gente como Lilian, una concertista de piano que aún distingue las letras del alfabeto pero ya no puede leer la notación musical de sus partituras. O Howard, un escritor de novelas policíacas que un día despertó y encontró que todo lo que intentaba leer se le aparecía impreso en una lengua de signos incomprensibles... Pero muy pronto el propio Sacks se une a sus pacientes, y habla de las perturbaciones que le producía su heredada incapacidad de reconocer las caras...