Ni fu, ni fa. Me ha resultado insustancial, tanto en la forma como en el contenido
hace 6 añosEn una casa aislada rodeada de tierra, iluminada por los rayos de luz que atraviesan las vidrieras de la parte más elevada de los pasillos, una mujer le pide a otra que ejecute por ella el mayor acto de amor posible, con la idea de que, a partir de entonces, podrá llevar a la práctica todos sus proyectos. Su deseo le será concedido, pero no siempre es una bendición que los deseos se cumplan. Una chica muy joven espera a su hermano en una estación de autobuses con la ilusión de fugarse con él a una zona en la que todo es compañerismo y serenidad. Un hombre que sólo sueña con vivir en la naturaleza, leer y aprender, se entrega a los ritmos de esa naturaleza para descubrir que en realidad nada es lo que parece y que las necesidades de los seres con los que ha empezado a coexistir no concuerdan con las suyas. Una chelista comprende que su máxima ambición consiste en librarse de la gravedad, y empieza a practicar para evitarla. Pilar Adón, de quien Galaxia Gutenberg publicó en 2015 su novela Las efímeras, nos ofrece un mundo en el que una sensación de peligro permanente se combina con el anhelo más profundo de encontrar el equilibrio y la tranquilidad. Los personajes de los trece relatos que conforman La vida sumergida aspiran a estar constantemente en otro sitio y a ser lo que no son, conscientes de que, al final, tendrán que dar con la mejor manera de sobrevivir. Para ellos es más incitante el camino que la llegada y más gratos los preparativos de un evento que su auténtica celebración. Comparten la vocación de apartarse y recluirse en casas que son lugares de encierro pero también de libertad, al constituir el espacio perfecto para imaginar, recordar, fantasear y, en definitiva, huir. Pero la vida acecha siempre en todas partes.
Ni fu, ni fa. Me ha resultado insustancial, tanto en la forma como en el contenido
hace 6 años