¿Las bolas de las máquinas de pinball se divertirán durante la partida?... pues supongo que si, al principio. Seguramente después de un rato de golpes, ruidos y luces acabarán hartas y deseando que todo acabe. Lo mismo que me ha pasado con La Sombra del Viento. Muy bellamente escrita, eso sí; pero la novela te arrastra de un lado a otro y de un personaje a otro (algunos de los cuales no aportan nada a la trama... solo están ahí para que la bola rebote) hasta que te encuentras deseando que la cosa termine de una vez como sea. Y nuevamente lo hace como en la máquina de pinball, con la bola se deslizándose a toda velocidad hasta desembocar en el agujero. Lo mejor de la novela es el final. Sobre todo porque por fin hay un desenlace y dejas de estar mareado. Como todo se desenreda al final, así, de corrido, te quedas ahí preguntándote de que han servido las 600 páginas anteriores. Reconozco que tengo muchos prejuicios contra los autores de bestsellers nacionales (malas experiencias) y me atreví con este después de ver un montón de críticas que lo ponían por las nubes... para gustos los colores. No me siento capaz de enfrentar el resto de la tetralogía.
hace 5 días