La imponente visión de la Casa Arcana sobrecoge a Lily Armitage. No había regresado allí desde hace más de veinte años, cuando murió su madre. Y solo lo ha hecho por cumplir la última voluntad de su tía Liliana: participar en el tradicional juego de Navidad.
Este año, el premio es suculento: quien lo gane se convertirá en el propietario de la mansión. Pero no es esa la razón por la que Lily se encuentra frente al edificio en el que transcurren la mayor parte de sus pesadillas, sino más bien por una carta de su tía que deja entrever que hay un secreto familiar que debe descubrir.
Una vez que cruce el umbral, Lily se enfrentará a doce días de desafíos junto a sus primos. Al poco de llegar, descubrirá que cada uno de ellos tiene sus propias motivaciones para estar allí.
Cuando una tormenta de nieve los deje aislados y el juego se vuelva mortal, Lily descubrirá que ya no juega por resolver un misterio, sino para proteger su propia vida.
La casa de los enigmas, de Alexandra Benedict, es un thriller navideño que me ha recordado a Y no quedó ninguno, de Agatha Christie. En especial por la ambientación: una mansión aislada en la que, poco a poco, se suceden los asesinatos de los jugadores.
Pero ahí terminan las coincidencias… En esta mansión tan singular, los invitados deben resolver un acertijo cada día. La respuesta les lleva a localizar una llave y una de esas doces llaves, abrirá la puerta de una habitación secreta que contiene las escrituras de propiedad de la casa.
La casa de los enigmas también esconde dos retos para el lector: encontrar doce anagramas y los títulos de los siete thrillers favoritos de la autora, todos ellos ocultos en el texto. Tarea que no será nada fácil cuando la trama se vaya complicando y debas elegir entre las ganas de saciar tu curiosidad, o de leer más atentamente para proseguir con tu propia búsqueda.
Una de las cosas que más me ha gustado de la novela es su protagonista. Lily es una joven muy inteligente, traumatizada por un hecho de su pasado que la ha hecho separarse de su familia y de todo aquello que la pueda hacer feliz. Su máxima meta en la vida es pasar lo más desapercibida posible.
No obstante, en la casa se verá obligada a liberar todos los recuerdos que ha mantenido reprimidos y hacer gala de su prodigiosa inteligencia, porque su vida dependerá de esas llaves, que no solo conducen a una herencia que no desea, sino a descubrir una verdad que puede cambiarlo todo.
Una emocionante novela en la que la celebración navideña se tiñe de sangre, en una competición feroz para hacerse con una mansión poblada de fantasmas del pasado. (Ana García, 5 de diciembre de 2022)