El libro es una durísima narración sobre el racismo, la pobreza y la violencia, un feroz reflejo de la vida de las mujeres negras en EEUU . Un libro magnífico con personajes “tipo” pero tan bien descritos que o te encariñas con ellos o los acabas disculpando, la narración es , prácticamente todo monólogo, con largas reflexiones que en algún momento acaban cansando pero que se aligeran con toques de humor más bien , sarcasmo .La lectura es triste porque te das cuenta de que la moral y la nobleza de pensamiento no encajan con el tipo de vida que pueden llevar los negros en un país profundamente racista y orgulloso de serlo.

Absolutamente genial, Ann Petry nos lleva de la mano para mostrarnos el mundo de Lutie, en su cotidianeidad, en sus anhelos. Retrata tan bien la calle, el barrio, los personajes, de tal manera que estamos allí con ellos en su yo más íntimo. Ser mujer, joven, negra y separada no es fácil hoy en dia, pero mucho menos en los años 50. Me ha encantado, lo recomiendo sin duda.

Parece mentira que un libro escrito cerca de los años 50 nos recuerde el poco avance que se ha hecho en cuanto a temas como; al trabajo de la mujer, el color de la piel, el pertenecer al sexo femenino y su exposición a la volencia,.... La desesperación de esta mujer por tener una vida normal le augura un amargo regalo. Buena novela y supongo que muy críticada en la época por su sinceridad.

Buenísima novela escrita por su autora, negra, en 1.946, poniendo de relieve el racismo imperante en la sociedad norteamericana y en el Harlem de esos años, con el énfasis en la calle adonde se ve obligada a malvivir la protagonista con su hijo de 8 años, con mil y un problemas por su pobreza, y la gentuza que hay a su alrededor.

Las tribulaciones de Lutie Johnson, mujer joven negra con un hijo a cargo, en el Nueva York de los años 40. No sólo de ella, sino también de una pléyade de personajes, todos ellos creíbles, que luchan por sobrevivir a la vez que ella. Tanto la idea como el lenguaje de la novela son asombrosamente modernos, aunque el libro, que es muy agradable, no tiene la profundidad de los de Colson Whitehead, por ejemplo. A mí me ha gustado.