No me lo acabe de leer...( llegue hasta la mitad). Es un libro que tienes que leerlo con tiempo, hay veces que no pillas el hilo de la historia y se hace un poco aburrido. No és de lectura rapida.

Cuando terminas de leer "Justine", la primera parte de la tetralogía de el Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell, se tiene la sensación de que has acabado un gran libro. Uno de los que no se olvidan aunque te haya gustado más o menos. Construir una novela a base de recuerdos, impresiones, retazos que suceden en diferentes tiempos es muy complicado y, aún más conseguir que no te pierdas en ese "totum revolutum', es casi heroico. No hay capítulos que parcelen áreas en la novela. Eso si se divide en cuatro partes. Alejandría es otra protagonista de la novela. Una ciudad muy " demodé", decadente. Durrell la presenta seductora y embriagadora. La vuelve fascinante. Sí acudimos a internet para contemplar la ciudad actual, nos parece mucho más atractiva que la de los años 50 del pasado siglo. Quizás a pesar de toda su historia y su legado, parece que estar en Egipto con tan cantidad ingente de patrimonio histórico y arqueológico la disminuyen. Volviendo a la novela, debió ser escandalosa cuando se publicó porque la protagonista exuberante y sensual se despliega entregándose en multitud de relaciones. Aunque es llamativo que lo hace de una manera atormentada , no deshinibida. Por lo visto en el resto de los libros se van dando diferentes puntos de vista sobre los mismos hechos. Hay una gran complejidad de relaciones y afectos que se viven al límite. Leeré todos pero los espaciaré en el tiempo para no atragantarme. 😀. Ya os contaré.

Demasiado complejo, no he conseguido seguir el hilo de la narración, ni quedarme con los personajes, uff...

No me ha conseguido enganchar este libro. Está bien escrito pero me resulta demasiado irregular: una sucesión de recuerdos fragmentados, narraciones inconexas que no llevan a ninguna parte, personajes y situaciones un tanto extrañas y mucha divagación para siempre volver a lo mismo: el triángulo amoroso, luego cuarteto, en una hechizante Alejandría.