EL SECRETO DEL REY ALQUIMISTA

EL SECRETO DEL REY ALQUIMISTA BERMEJO, ÁLVARO

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Resumen

Madrid, febrero de 1577. Se cumple una década desde que Felipe II le hizo a la Villa el dudoso regalo de trasladar aquí la vieja Corte de Toledo. ¿Quién diría que esta es la capital de aquel ingente imperio, el mayor que conociera el mundo desde Tamerlán, el primero que circundaba el globo y donde no se ponía el sol? No os engañéis por la soberbia planta de sus palacios. Venid conmigo. Acompañemos, si os parece, al Diablo Cojuelo en su ascenso hasta la atalaya de San Salvador, cumbre de esta Babilonia española, y descubramos qué se cuece bajo los tejados del pastelón de Madrid. Veréis a muchos caballeros de horca y cuchillo, hidalgos encaramados a sus gorgueras, adelantados de las Indias, quién sabe si hasta endriagos con porte de cardenales primados. Pero a la catástrofe de carruajes que soportan tanta grandeza entre carromatos saturados de hortalizas, todos trabucando por costaneras sin empedrado ni alcantarillado, se suma una muchedumbre de gente embozada, desocupada y, sobre todo, hambrienta. Soldados de los Tercios a la caza de un mendrugo, pícaros maestros en el arte del chirle y esas mujerzuelas de las casas de malicia que constituyen las dos terceras partes de la ciudad, compitiendo con las iglesias y los conventos que se alzan en cada esquina.

2 Críticas de los lectores

4

Es una novela cuyo argumento es curioso: el rey Felipe II manda a Praga en una misión secreta a un caballero andrógino, que no lo es tal, a un pictógrafo enano y a un escocés a buscar el códice Voynich, para desahacer un maleficio que le persigue por el que no puede engendrar hijos. Desde el punto de vista histórico me parece una mascarada, juega con los personajes y los elementos a su antojo pata crear una atmósfera lúgubre en la que se mezclan personajes históricos con códices misteriosos y la figura de El Golem. Está bien escrito, todo hay que decirlo, pero es una novela no apta para historiadores escrupulosos.

hace 6 años
10

No os oculto que sigo a Álvaro Bermejo desde que me descubrió un mundo alucinante en "El Evangelio del Tíbet". Allá planteaba la posibilidad de una segunda vida de Cristo tras su crucifixión, siguiendo las teorías de Faber-Kaisel. No me entusiasmó menos "Eternamente tuya", otra locura genial: llevar el mito de Drácula a sus fuentes, la Escocia del conde Errol, en quien se inspiró Bram Stoker para escribir su obra inmortal. Ahora vuelve con otro relato más que desconcertante en torno al legendario Manuscrito Voynich, ese libro que permanece indescifrable seis siglos después de que apareciera. Cuenta la historia de una embajada implementada por Felipe II con la intención de hacerse con ese códice misterioso, donde parecen cifrarse las claves de la Piedra Filosofal y las del Elixir de la Vida. El Manuscrito Voynich está en la corte de su sobrino, el emperador Rodolfo II, en Praga. Solo por adentrarse en esa Corte de los Milagros, habitada por personajes increíbles, como el mago y espía John Dee , la estupefaciente princesa Polixena, Arcimboldo, el pintor alucinado, o Judá León, el creador de El Golem, ya merecería la pena zambullirse en esta historia. Pero lo que quiero destacar, además del dominio absoluto del tiempo histórico, es la belleza de su estilo. Literatura en estado puro para amantes de la novela histórica y de los libros que te dejan huella. Para mí hay muy pocos que escriban así en nuestro país. No os lo perdáis.

hace 6 años